Navego entre el deseo y la fractura. Uno alimento de la otra y su veneno. Mis universos se juegan entre la metáfora esperanzadora y el sinsentido sórdido anclado en la inevitable pérdida. Soy contraste, soy ludismo, soy desperanza.
Soy humor doloroso e impulso, siempre impulso… sádico, torpe, ilusionado. Soy arrojo y duda.
En el arte expreso mis deseos, sueños, odios y frustraciones acumulados durante mi vida. He estado un proceso de desarraigo que me ha llevado a un éxodo; la tristeza y los recuerdos han transformado mi pensamiento.
Lo que antes era una verdad se ha derrumbado por otra verdad, pero al final, todo es efímero y relativo.
Soy un pesimista contemporáneo capitalista, pero aún hay alegría y las ganas de sonreír y sorprender.
Soy una mujer que mira constantemente al abismo. Los mundo creativos a los que me he entregado son sobre todo abismo. Nunca son un territorio seguro, siempre son una naufragio que obliga remontar desde playas desconocidas y busca el punto más alto para ver el horizonte desde la cima.
Soy una viajera, pero con raíces fuertes.
